Aprender a hablar es un proceso instintivo y natural, los padres podéis ser los primeros y mejores estimuladores de vuestro bebé desde que emite sus primeros balbuceos hasta que es capaz de pronunciar las primeras frases. Por eso os propongo en este post una serie de actividades que os servirán para fomentar y desarrollar su habla. Se trata de juegos sencillos, con los que vuestro pequeño se lo pasará bien mientras aprende y vosotros disfrutaréis observando cómo evoluciona.

1. Háblale constantemente mientras realizas cualquier actividad de la vida diaria: cuando le bañes nombra las partes del cuerpo que frotas con la esponja, dile las diferentes prendas de ropa que le pones al vestirlo, cuando salgas a dar un paseo habla de lo que veis juntos por la calle… La mejor forma de estimular a tu hijo es mediante el habla directa, dirigida a él.
2. Haz sonar una campanilla o cualquier instrumento sonoro fuera de su campo visual y que tu niño lo busque. Vete cambiando el lugar de origen del sonido y verás cómo lo sigue con la mirada. Así estimulas la escucha y la atención.
3. Mira y nombra libros de imágenes grandes y coloridas de animales, frutas u objetos conocidos. El juego consiste en contemplar juntos las imágenes, señala alguna e invitarle a que lo nombre, cualquier tipo de sonido que haga es válido, está empezando a comunicarse. Si tu hijo ya es capaz de nombrarlas, porque tiene más de 20 meses, añade una breve descripción de ella, habla de su forma, de su color, para qué sirve…Si no tienes un libro de imágenes a mano juega a “llevo un vagón cargado de frutas, animales, colores, etc». A partir de esta frase tu hijo  y tú empezáis a llenar el tren con palabras de la familia elegida. Tu puedes nombrar las menos usuales para que el pequeño pueda participar de forma activa en el juego a la vez que aprende nuevas palabras. Estás aumentando su vocabulario.
4. Ejercita con él los movimientos de los órganos de la cara. Ponte de frente a tu hijo y hazle morritos (de frente, a la derecha, a la izquierda); mándale besos muy sonoros; abre y cierra los ojos; cambia la expresión de tu cara (sorpresa, susto, enfado, alegría, llanto); sopla molinillos, matasuegras, flautas. Tu niño imitará tus movimientos realizados muy lentamente e irá tomando conciencia de los órganos que está entrenando. Mejoras la capacidad de imitación.
5. Juega con la lengua: dile a tu pequeño que su cara es una casita, en la que los ojos son ventanas, la nariz el timbre, la boca la puerta y la lengua un amigo que está dentro de ella. Este juego te va a permitir entrenar los movimientos. Para ello, pide a tu niño que llame al timbre, abra la puerta y que deje salir (y volver a entrar después) a su amigo para dar un paseo. Es una idea para mejorar la motricidad de los labios y la lengua.
6. Canta canciones y narra cuentos, ya sean los clásicos o los inventados por ti. Pregúntale por los personajes o invítale a que lo cuente contigo.
7. Juega a nombrar sus juguetes. Escoges unos cuantos juguetes, le señalas uno y le preguntas ¿Qué es esto? Espera unos segundos su respuesta, si no contesta, no pasa nada, lo haces tú por él. Lo importante de esta actividad es que te escuche y mire lo que le enseñas. Desarrollas el intercambio comunicativo.
8. Las onomatopeyas: empieza con los sonidos de los animales haciendo la pregunta típica «¿qué sonido hace el gato?», «miau, miau». Favorece la emisión de sonidos cercanos al habla. También puede ser a la inversa: ¿qué animal hace miau?», y que tu hijo nombre el animal. Si es muy pequeño ayúdale con un libro de imágenes oara que te señale el animal correcto. Introduce el señalado como forma de comunicación no verbal esencial en los bebés.

Para terminar, no olvides estos dos consejos muy importantes:

Uno: busca un momento del día en el que vuestro hijo no esté cansado, tenga sueño o hambre.

Y dos: no fuerces a tu niño ni a escuchar ni a hablar ya que podrías correr el riesgo de conseguir precisamente el efecto contrario al que buscas.